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IA: Como cambia las reglas de QA

IA: Como cambia las reglas de QA

lunes, 21 de abril de 2025

Hagamos memoria. Hace unos años, el trabajo en QA (Quality Assurance) era pura disciplina y método: escribir test cases manuales, revisar requisitos una y otra vez, hacer regresiones eternas cada vez que alguien tocaba una línea de código. La automatización llegó como un bálsamo, sí, pero también con su curva de aprendizaje. No todo era Selenium y risas.

Ahora bien, en los últimos años, la Inteligencia Artificial ha empezado a colarse en nuestras herramientas, procesos y decisiones. Y no es solo un cambio técnico; es un verdadero cambio de paradigma.


¿Dónde y cómo impacta la IA en QA?


1. Optimización del tiempo de pruebas

Una de las ventajas más directas: la IA permite ejecutar pruebas de manera más rápida e inteligente. ¿Cómo?

  • Test prioritization: Algoritmos que analizan los cambios de código y determinan automáticamente cuáles pruebas son críticas y deben ejecutarse primero. ¡Basta de suites monolíticas que corren toda la noche!

  • Análisis de impacto: Si se modifica una función, la IA puede inferir qué partes del sistema podrían romperse (aunque no estén directamente conectadas). Esto antes requería experiencia y mucho conocimiento del sistema. Ahora, la máquina puede anticiparlo.

  • Test data generation: Generar datos realistas de prueba era un arte. Hoy, los modelos pueden aprender del sistema real y generar casos mucho más cercanos al uso real del usuario.

2. Mejora de la calidad de las pruebas

  • Test case design asistido: Herramientas como Testim, Functionize o incluso plugins de GPT para testeo pueden sugerir o generar casos de prueba directamente desde historias de usuario o documentación técnica. Ya no partimos siempre desde cero.

  • Detección de errores en etapas tempranas: Gracias al análisis predictivo, la IA puede identificar patrones de fallos comunes, áreas propensas a bugs, y hasta sugerir mejoras en el código fuente.

  • Visual testing potenciado: Hoy podemos usar IA para detectar diferencias visuales significativas, saltándose lo que los humanos normalmente pasarían por alto.

¿Qué se llevan las grandes empresas?

Las empresas grandes, con productos complejos y millones de usuarios, ven un retorno claro:

  • Reducción de costos operativos: Al reducir la necesidad de pruebas manuales repetitivas y optimizar el tiempo de ejecución, QA deja de ser visto como un cuello de botella.

  • Time to Market más corto: Con pipelines de CI/CD automatizados e inteligencia que prioriza el riesgo, los releases son más seguros y veloces.

  • Mejora continua basada en datos: La IA aprende del uso real del sistema. Detecta cuándo los tests ya no aportan valor, cuándo hay que actualizar escenarios o cuándo una parte del sistema no se está tocando hace meses (¿y quizás podríamos reducir pruebas ahí?).

Pero, ¿todo es color de rosa?. No, ni de cerca. Aquí es donde entra nuestra parte escéptica y tradicionalista.


Retos reales que enfrentamos

  1. Confianza en un sistema que no entendemos completamente

    • A veces la IA toma decisiones que parecen mágicas: “¿Por qué me recomienda ejecutar este test y no aquel?”. Si no entendemos la lógica detrás, nos arriesgamos a depender de un "oráculo" sin control.

  2. Datos de entrenamiento insuficientes o sesgados

    • Si la IA se alimenta de datos históricos mal documentados o de pruebas pobremente diseñadas, puede aprender lo incorrecto. Y eso puede llevar a errores de producción. O peor: a una falsa sensación de seguridad.

  3. Sobrecarga tecnológica

    • Adoptar herramientas de IA requiere skills nuevos. No todos los equipos están listos. QA Engineers deben entender ahora conceptos de Machine Learning, entrenamiento de modelos, validación algorítmica... no es poca cosa.

  4. Dependencia de herramientas de terceros

    • Muchas soluciones de IA son cerradas, propietarias. Esto genera una dependencia tecnológica importante. ¿Qué pasa si el proveedor desaparece o cambia las condiciones?


La visión equilibrada: humanos + IA

La IA no viene a reemplazarnos. Viene a potenciar nuestras capacidades, como testers, como ingenieros, como líderes de calidad.

  • El juicio humano sigue siendo insustituible. La empatía con el usuario, la intuición de que “algo huele mal” aunque no haya bugs evidentes, la capacidad de imaginar escenarios caóticos... eso no lo aprende ningún modelo.

  • Pero si dejamos que la IA haga el trabajo mecánico, ganamos tiempo para pensar. QA puede convertirse por fin en un área estratégica y no solo operativa. Una que ayuda a tomar decisiones, prioriza riesgos y anticipa fallos.

QA del futuro se escribe hoy

Estamos frente a un punto de inflexión. La IA puede transformar la calidad del software, sí, pero solo si la usamos con inteligencia, espíritu crítico y respeto por lo aprendido.

Las grandes empresas tienen la oportunidad de liderar este cambio, invirtiendo no solo en herramientas, sino en formación, cultura y procesos humanos que hagan sinergia con la máquina.

Porque al final, como siempre, la calidad no depende de cuánto automatices, sino de cuánto entiendes a tus usuarios, tu sistema y tus propios procesos.

Y en eso, aún no hay algoritmo que nos gane. 😉



- Roberto Arce (CTO Beryon)




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