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miércoles, 7 de mayo de 2025
El apagón que afectó a España en 2025 ha servido como una seria llamada de atención para el sector empresarial. Este incidente, que dejó sin electricidad a millones de personas y paralizó la actividad económica durante horas, ha obligado a las empresas a replantearse sus estrategias de continuidad de negocio y resistencia ante desastres. En este artículo, analizamos cómo las organizaciones españolas están respondiendo a esta crisis mediante la intensificación de pruebas de caos y la implementación de nuevas medidas preventivas.
El auge de las pruebas de caos en el entorno empresarial
¿Qué son las pruebas de caos?
Las pruebas de caos (o "chaos engineering") son una metodología que consiste en introducir deliberadamente fallos en los sistemas para evaluar su capacidad de respuesta y recuperación. Originalmente desarrolladas por empresas tecnológicas como Netflix, estas pruebas se han extendido ahora a diversos sectores económicos en España.
Incremento significativo tras el apagón
Desde el apagón nacional, se ha registrado un aumento del 78% en la implementación de pruebas de caos entre las grandes empresas españolas. Este incremento responde a la necesidad de:
Identificar vulnerabilidades antes de que se conviertan en problemas reales
Mejorar los tiempos de respuesta ante contingencias
Fortalecer la resiliencia de infraestructuras críticas
Validar los planes de continuidad de negocio en condiciones extremas
Tipos de pruebas que se están realizando
Las empresas están llevando a cabo principalmente:
Simulaciones de cortes eléctricos prolongados: Probando la efectividad de los sistemas de alimentación ininterrumpida (SAI) y generadores de emergencia.
Escenarios de desconexión de red: Evaluando la capacidad para mantener operaciones básicas sin conectividad.
Pruebas de fallo en cadena: Analizando cómo un problema en un sistema puede afectar a otros dependientes.
Ejercicios de recuperación: Midiendo el tiempo necesario para restablecer operaciones normales tras un incidente grave.
Medidas preventivas adoptadas por las empresas
Inversión en infraestructura energética autónoma
El apagón ha provocado un aumento del 45% en la inversión en sistemas de energía alternativos:
Instalación de paneles solares y sistemas de almacenamiento energético
Actualización de generadores de emergencia con mayor capacidad y autonomía
Implementación de microrredes en grandes complejos industriales
Acuerdos con proveedores de energía para garantizar suministros prioritarios
Descentralización de sistemas críticos
Las empresas están adoptando enfoques más distribuidos para evitar puntos únicos de fallo:
Migración a modelos de computación en la nube con redundancia geográfica
Establecimiento de centros de datos secundarios en diferentes regiones
Distribución de equipos de trabajo en múltiples ubicaciones físicas
Implementación de arquitecturas híbridas que combinan soluciones locales y remotas
Nuevos protocolos de gestión de crisis
Se han desarrollado protocolos más sofisticados para responder a emergencias:
Creación de equipos multidisciplinares dedicados exclusivamente a la gestión de crisis
Implementación de sistemas de comunicación alternativos (satélite, radio)
Establecimiento de cadenas de mando claras con roles y responsabilidades definidos
Simulacros regulares involucrando a todos los niveles de la organización
Formación especializada del personal
El 67% de las grandes empresas han incrementado la formación de su personal en:
Procedimientos de actuación en situaciones de emergencia
Operación manual de sistemas críticos
Primeros auxilios y seguridad básica
Comunicación efectiva durante crisis
Casos de éxito en diferentes sectores
Sector financiero
Los bancos españoles han sido pioneros en la implementación de nuevas medidas tras el apagón:
Banco Santander ha establecido un sistema de "doble espejo" para sus operaciones críticas, manteniendo réplicas completamente funcionales en diferentes países.
BBVA ha desarrollado un modo de "operación degradada" que permite mantener servicios básicos incluso bajo condiciones extremas.
Las entidades financieras más pequeñas han formado consorcios para compartir recursos de contingencia.
Sector industrial
La industria manufacturera ha respondido con:
Capacidad para operar en "modo isla", desconectada de redes externas
Instalación de sistemas de arranque progresivo para evitar sobrecargas al restaurar la energía
Acuerdos de colaboración entre empresas cercanas para compartir recursos en emergencias
Sector sanitario
Los hospitales y centros de salud han reforzado sus capacidades con:
Ampliación de la autonomía energética, pasando de horas a días
Priorización inteligente de servicios críticos
Mejora de la coordinación con servicios de emergencia externos
Digitalización con respaldo físico de historiales médicos críticos
El papel de las aseguradoras y el marco normativo
Nuevas pólizas específicas
Las aseguradoras han creado productos especializados que cubren:
Pérdidas por interrupción de negocio debidas a apagones prolongados
Daños en equipos sensibles por fluctuaciones eléctricas
Costes de activación de planes de contingencia
Cambios regulatorios pendientes
El gobierno español está trabajando en:
Normativas más estrictas sobre planes de continuidad para sectores estratégicos
Incentivos fiscales para inversiones en resiliencia empresarial
Requisitos mínimos de autonomía energética según el sector y tamaño de empresa
Conclusiones y recomendaciones
El apagón ha servido como catalizador para una nueva cultura de preparación y resiliencia en el tejido empresarial español. Las organizaciones que están aprovechando esta oportunidad para fortalecer sus capacidades no solo estarán mejor preparadas para futuras contingencias, sino que también pueden obtener ventajas competitivas por su mayor fiabilidad.
Para las empresas que aún no han actualizado sus planes, es recomendable:
Realizar una evaluación honesta de vulnerabilidades críticas
Implementar pruebas de caos adaptadas a su realidad operativa
Invertir estratégicamente en redundancia de sistemas esenciales
Formar al personal en procedimientos de emergencia
Establecer alianzas con otras organizaciones para afrontar crisis de forma coordinada
El futuro empresarial en España pasa inevitablemente por la incorporación de la resiliencia como valor estratégico, transformando los desafíos en oportunidades para crear organizaciones más robustas y adaptables.